El mosaico y el trencadís de Gaudí
El orígen del mosaico
La técnica del mosaico consiste en una composición artística a base de trozos de baldosas de diferentes tonalidades en una superficie. Pueden ser piedras o cerámica y se aglomeran con cemento o algún tipo de pegamento. La aparición de los primeros mosaicos se sitúa en torno al año 3.000 a.c Mesopotamia, aunque adquirió una mayor importancia en el Imperio Griego y su máximo esplendor en el Imperio Romano y más tarde en el Bizantino. Debido a su gran durabilidad y propiedades decorativas, este arte estuvo muy presente tanto en la arquitectura religiosa como en la doméstica, donde se empleaba mayoritariamente en pavimentos y paredes.
Gaudí y el “trencadís”
Durante varios siglos el mosaico quedó olvidado en el mundo del arte, hasta finales del siglo XIX. Fue entonces cuando el famoso arquitecto modernista Antoni Gaudí le dió una nueva vida a esta técnica, lo que lo llevaría a revolucionarla por completo. Se le ocurrió aprovechar piezas que iban a ser desechadas y que ya no servían para la obra debido a sus desperfectos o a estar incompletas. Gaudí rompía baldosas rotas, platos, e incluso botellas de vidrio usándolas como material para recubrir superficies. El término “trencadís” proviene del catalán y significa “troceado” o “quebradizo”, refiriéndose precisamente a este método que inventó el arquitecto. Gaudí elegía formas irregulares de colores vivos, que combinaba de forma lógica para crear dibujos, cenefas y dégradés. El trencadís de Gaudí está presente en El Park Güell, El Palau Güell, La Casa Batlló y en la Casa Milà-La Pedrera, entre otros edificios que hoy son considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Bancos de trencadís del Park Güell (Barcelona), Patrimonio de la UNESCO.
El trencadís supuso diversas ventajas respecto a otras técnicas decorativas. En primer lugar, es respetuosa con el medio ambiente, ya que como hemos dicho, consiste en aprovechar materiales que iban a ser descartados. A la vez, era económica, debido al ahorro de tiempo en el proceso de aplicación, al no requerirse una gran precisión al colocar las piezas. Otra ventaja es la estética que estas composiciones aportan a los elementos arquitectónicos. El colorido de las baldosas transmite una gran vividez que persiste en el tiempo y requiere escaso mantenimiento. A diferencia de otras técnicas, como por ejemplo la pintura, tarda mucho más en desgastarse, siendo el trencadís una técnica apta para superficies planas o curvas, tanto para espacios interiores como exteriores.
El trencadís en Innart Barcelona
En Innart Barcelona tenemos el propósito de que la técnica del trencadís perdure en el tiempo. Por ello la empleamos en nuestros trabajos, combinándola a la vez con piezas de cerámica esmaltadas (dedicaremos otro post a este material otro día). Siguiendo el método de Gaudí, usamos baldosas de cerámica que rompemos en trozos de diferentes medidas dependiendo de la pieza a componer. Partiendo de un diseño previo, combinamos estas piezas de diferentes colores creando diseños inspirados por el estilo modernista. Estos diseños son mayoritariamente composiciones de formas curvas, degradés de diferentes tonos o motivos florales, partiendo de la base que el estilo modernista se inspira en la naturaleza. Las propiedades de esta técnica nos permiten aplicarlo tanto a bases de madera como baldosas o directamente a una pared.
Esperamos que hayas aprendido un poco más sobre el trencadís hoy y que vuelvas por aquí si quieres saber más sobre el estilo modernista, cómo trabajamos y sobre nuestros productos. Trataremos de esto y mucho más en nuestros próximos posts.
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buenos dias me gustaria saber informacion sobre mosaicos al estil0 gaudi para nobres de villas y portales de casa ,muy amables gracias.
Quiero aprender más de la historia de Gaudí
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